Para parecer genial: Bill Gates admite que probó de joven el LSD y la marihuana, pero no lo recomienda

 

El cofundador de Microsoft explica en su autobiografía que pensaba que podría «impresionar a algunas chicas» si fumaba cannabis.
En su autobiografía ‘Source Code’ (‘Código Fuente’ en español), cuya primera parte saldrá a la venta el próximo 4 de febrero, Bill Gates describe su experiencia con el LSD y la marihuana en la adolescencia, si bien no recomienda en absoluto la experiencia, informa People, que publica una entrevista con el multimillonario cofundador de Microsoft con motivo del lanzamiento de la obra.

La primera vez que Gates probó el LSD fue durante un ‘Senior Skip Day’, una tradición de los estudiantes de instituto estadounidenses consistente en compartir un día libre. En la autobiografía, Gates recuerda que sintió los efectos a la mañana siguiente, durante un procedimiento dental. «Lo dejé después de varios intentos. Creo que lo hicimos cuatro o cinco veces en total, y yo tenía unos 21 años la última vez», explica Gates a la revista. «Definitivamente, no lo recomiendo, porque, aunque creas que algunos de tus pensamientos son profundos, en retrospectiva, no lo son», añade.

Según Gates, esos momentos los compartió con su amigo Paul Allen, con quien cofundó Microsoft en 1975. «Todo es culpa de Paul», asegura Gates con sorna en la entrevista . «De todo lo que hice, le echo la culpa a él y a Jimi Hendrix», añade.

Asimismo, el multimillonario indica que también fumó marihuana y lo achaca a su intento de «parecer genial». «Tal vez algunas chicas se impresionarían», asegura que pensaba entonces, si bien reconoce que «no funcionó», aunque lo intentó.

En el libro también recoge otro recuerdo romántico de juventud, cuando se armó de valor para invitar a una chica a un baile de graduación y decidió contarle que había usado los dedos de los pies para marcar su número de teléfono. «Mi invitación a salir fue algo muy ambicioso, sabía que era un poco arriesgado y algo que no se me daba bien —explica a la revista—, así que dudé un poco y luego traté de usar un poco de humor». Según Gates, al final la cosa no funcionó, pero ella le trató «bastante bien» y ambos se hicieron después amigos.

Además de revelar sus experiencias con las drogas, Gates comparte historias de su juventud, como la traumática pérdida de un amigo en un accidente de senderismo y sus luchas con la presión académica. Admite que a menudo era un niño «desafiante», lo que llevó a sus padres a buscar terapia para él al no saber cómo manejar su comportamiento.

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En la primera entrega de sus memorias, centrada principalmente en los primeros años que pasó en Seattle, aborda temas como el autismo y los retos a los que se enfrentó durante la infancia. Su éxito en Microsoft, su matrimonio con Melinda Gates o sus actividades filantrópicas aparecerán en los siguientes volúmenes de la trilogía.

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