“—(…) Tienes que prepararte para para la vejez—le dice el psiquiatra cuando tocan el tema en una consulta telemática—”, fragmento del libro.
Por Francisco Marín Naritelli
“El kimono de seda” (Simplemente editores, 2024) nos presenta la historia de Miguel, un hombre sesentero, geólogo de profesión, decidido a cambiar completamente su vida: se obsesiona con escribir una novela luego de ser despedido de su trabajo, como también partir de Santiago y vivir en el sur, Frutillar, pese a la resistencia de su esposa, quince años menor.
El último libro de Claudio Suárez, médico cirujano, quien, como advierte la solapa, se ha dedicado a tiempo completo a la literatura, se estructura mediante fragmentos diversos, pequeños capítulos, que alternan los acontecimientos con ejercicios de escritura.
La idea es interesante, aunque repetida: la construcción de una ficción dentro de otra ficción, donde el mundo diegético desplegado combina aspectos de la realidad social y laboral (negocio del litio, consultorías, un matrimonio en crisis, infidelidades, sexo pagado, una inexistente relación con la hija) con una multiplicidad de referencias literarias (Rivera Letelier, Nabokov, Murakami, Mishima o Kawabata).
Lo que más destaca, en este sentido, es el uso de diversos materiales metaliterarios y extraliterarios, como la inclusión de conversaciones de WhatsApp o la historia que el protagonista desea escribir y que se ambienta en Japón. Sin embargo, la novela no avanza más, se queda ahí.
El autor podría haber ahondado en los recuerdos de su visita al país oriental, como idílico contrapunto a la realidad actual del personaje, más allá de la postal o lo comúnmente conocido, que bien nos ayudara a comprender el porqué de su elección como relato. Y así justificar también tanto el nombre del libro y la constante aparición de caracteres japoneses a lo largo de sus casi doscientas cincuenta páginas.
O bien, visto de otra forma, pudo amplificar la historia de Lolita de Nabokov, de la que se habla con profusión, entrecruzándola con su experiencia con la joven Jossie. Tal como está, parece antojadizo. Pudo echar mano a eso, elegir alguno de esos relatos, también a los problemas y decisiones que se presentan, en medio de una vida enfrentada al ocaso, la muerte de un amigo que se le aparece más como Mefistófeles que como fantasma, y el deseo por reinventarse.
Entre los aspectos más débiles, encontramos los diálogos, muchas veces flojos y deslavados, el desarrollo de la tensión dramática, el remate de ciertas escenas (las sesiones con el psiquiatra). Algunos personajes son unidireccionales y estereotipados. Jordi Chacra, el jefe del protagonista, por ejemplo, termina siendo una caricatura de lo que Suárez probablemente desea denunciar: gerentes apitutados, ignorantes e ineptos.
Ahora bien, Claudio Suárez tiene un proyecto y eso hay que valorarlo: representar la voz generacional de hombres mayores enfrentados a un mundo en constante cambio, donde la experiencia está puesta a prueba en medio del derrumbe del futuro y el rechazo de la sociedad.
El kimono de seda
Claudio Suárez
Simplemente editores, 2024.
244 páginas.