Cada cierto tiempo, se hace viral en Tik Tok alguna teoría con un nombre relativamente absurdo, como la ‘Orange Peel Theory’. Ahora, ha sido el turno de la Dorito Theory. Y, sí, hace referencia a los Doritos. La nueva teoría que comparten los usuarios de la red social establece una relación entre los Doritos y nuestros malos hábitos, que van desde hacer scroll de forma obsesiva en la plataforma hasta seguir (por gusto) en una relación tóxica.
Realmente no se sabe quién fue la primera persona que utilizó este término, pero la Dorito Theory se resume de una forma muy sencilla. Básicamente el comer cualquier tipo de patata frita de este estilo se vuelve un comportamiento adictivo, porque la mejor parte de toda la experiencia es el hecho de comerlas, no el antes ni el después; es decir, el placer que nos provoca solo permanece mientras nos estamos comiendo los Doritos, ni aparece antes ni se mantiene después.
De hecho, el comer algo así no nos aportará nada positivo más allá de la felicidad efímera que nos supone el masticar los famosos triángulos naranjas. Ni mejora nuestra salud, ni nuestra calidad de vida ni nos motiva a nada. Simplemente se trata de comer algo que está bueno cuando nos apetece y ser capaces de obtener un placer que solo será momentáneo.
Por ello, normalmente, cuando abrimos un paquete de patatas no paramos de comer hasta que lo hemos terminado. Al final, si hacemos esto de forma regular en nuestras vidas, nos volveremos adictos a tomar alimentos que nutricionalmente no nos aportan nada más que el consumir de forma insana un exceso de sal y calorías. Esto también ocurre con otras cosas como las golosinas o los refrescos.
Según la teoría de Tik Tok, esto mismo puede aplicarse a otros comportamientos tóxicos que nos resultan adictivos, como el entrar en dinámicas tóxicas en relaciones. El vivir una relación intensa llena de altibajos y conductas extremas, nos provoca adrenalina y, por eso, en muchas ocasiones seguimos volviendo a ellas.
Nos sentimos atraídos por cosas que no son buenas para nosotros, porque, momentáneamente, nos hacen liberar dopamina. Muchas veces nos volvimos adictos a ese drama constante que nos mantiene siempre alerta. Esto también ocurre cuando vamos de relación en relación o cuando vamos siempre detrás de la persona incorrecta que no nos trata bien.
Pero la Dorito Theory no solo tiene que ver con las relaciones. Algunos usuarios ponen de ejemplo las redes sociales. La mayoría de contenido que consumimos solo nos provoca sentimientos temporales y, de hecho, tendemos a olvidar los vídeos breves que vemos pasados unos segundos. Nos pasamos horas y horas haciendo scroll en distintas plataformas pero, realmente, ¿tiene algún valor el contenido que consumimos?
Este tipo de hábitos es tan solo una pérdida de tiempo: vemos miles de vídeos, sin saber cuándo parar y, cuando lo hacemos, nos damos cuenta de que ni siquiera hemos visto nada interesante. Una vez más, buscamos ese placer breve e instantáneo.
Las adicciones suelen ser mucho más complejas que esta teoría pero lo cierto es que, con su viralización, se ha conseguido que muchas personas se planteen qué hábitos son los que llevan a cabo en su día a día que no están aportando nada útil a sus vidas.
No tenemos que volvernos extremos y dejar de tomar Doritos o de hacer scroll en Tik Tok. Simplemente se trata de mirar lo que hacemos desde una nueva perspectiva que nos haga preguntarnos cómo nos sentiremos verdaderamente tras hacer algo. Así, podremos replantearnos nuestras rutinas y sacar de nuestras vidas todo aquello que no nos haga sentir realmente bien.
Información Revista GQ