Volver a la UDI popular, a los orígenes del partido y a tener representantes que reflejen fielmente los principios de la Unión Demócrata Independiente es lo que muchos militantes del partido gremialista aspiran.
Recrear lo que sucedió en los años 90 es prácticamente imposible y tampoco es lo que la directiva actual aspira en un 100%, señalan fuentes del partido. Las mismas fuentes indicaron a La Radio que los líderes del partido gremial llevan más de cuatro años preparando a un grupo de jóvenes, menores de 40 años, que representan los ideales de la UDI, para que compitan en las elecciones parlamentarias, con el fin de dar certeza al electorado y evitar sorpresas una vez que asuman sus cargos.
¿Cuál es la idea? ¿Cuándo se inició todo? ¿Influyó la aparición del Partido Republicano? Radio Bío Bío conversó con líderes de la UDI y con algunos de los jóvenes que han sido parte de este proceso.
Idea detrás
El 12 de diciembre de 2020, el senador Javier Macaya ganó las elecciones en la UDI, se convirtió en presidente del partido y, por primera vez, la UDI sería liderada por una nueva generación de políticos.
Pero el escenario era complejo y debían actuar rápidamente. Quedaba menos de un mes para cerrar las listas para las elecciones de constituyentes y era un año marcado por comicios: presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales.
Por eso, la directiva —de ese minuto— decidió designar a una persona para negociar cada elección por separado con Chile Vamos. En el caso de la constituyente, fue el actual líder de la UDI y diputado, Guillermo Ramírez. En terreno, buscando candidatos, estaba la entonces diputada María José Hoffmann.
Así, mientras Ramírez negociaba los cupos, Hoffmann recorría el país, conversaba con dirigentes regionales y buscaba a los candidatos más adecuados.
La idea era, principalmente, volver a los orígenes del partido gremial: dar certeza a quienes votan por candidatos UDI de que sus posturas estarán alineadas con las del partido, sin sorpresas. Y, al mismo tiempo, dar espacio a los jóvenes, algo que a los actuales dirigentes les costó mucho lograr.
Al mismo tiempo, niegan que la irrupción del Partido Republicano haya sido el impulso para esta estrategia. Explican —las mismas fuentes— que el éxodo masivo ocurrió cuando la UDI era liderada por Jacqueline Van Rysselberghe, y que fue ella misma quien logró detener el proceso.
Solo reconocen que un número importante de personas dejó el partido gremial por no encontrar espacio en él, y que a ellos mismos les costó llegar a liderarlo. José Antonio Kast es el ejemplo más relevante. Y eso es algo que no quieren repetir.
Jóvenes en la constituyente
Fue en esa instancia, que se decidió que la elección constituyente llevarían a un grupo de jóvenes, que reflejaran muy bien lo que es la UDI y que esta fuera una primera instancia para iniciar su carrera política. Así, realizarían campaña y -sin importar el resultado- comenzarían a tener experiencia en política.
Dentro del partido sabían que sería una elección dura ya que post 18 de octubre el escenario no era el ideal para los partidos de derecha. Por eso, era el minuto para “probar” y jugársela por personas que les convencieran por sus ideales más que por “lo conocida o famosas”.
Radio Bío Bío conversó con María José Hoffman, ella indicó que “el cambio generacional llegó para quedarse y eso implica atreverse a apoyar a personas quizás no tan conocidas pero bien formadas y con trabajo territorial”.
Agregó que muchas veces “el camino fácil de personas con alto conocimiento nos ha costado caro y ha desdibujado nuestro proyecto”.
Y que al final la decisión fue una definición política. “Está directiva tiene una definición política clara abrirle la puerta a nuevos liderazgos tal como lo hicimos en la convención donde se formó una generación dorada y que hoy se ha ido ampliando manteniendo el mismo estilo formador”, dijo.
Certeza para los electores
El resultado para la directiva fue mejor de lo esperado, y alguno de los jóvenes sorprendieron con el número de votos obtenidos. Lograron buenos candidatos electos, no la mayoría porque fue una elección ganada por la izquierda.
Pero sobre todo, lo que dejó más entusiasmada a los líderes de la UDI es como se comportaron durante todo el proceso. El análisis fue claro: en un escenario complejo, donde fueron criticados y apuntados desde el primer minuto, cumplieron su rol, pelearon por las ideas de la UDI y se mantuvieron firmes en los minutos más duros.
Frente a eso, la decisión de apoyar a jóvenes para las elecciones parlamentarias del 2025 estaba clara. No quieren tener sorpresas, no quieren más famosos que no representen 100% a la UDI y menos parlamentarios populistas que se apeguen a proyectos que no ayudan al país como los retiros de los fondos de pensiones.
En esa línea, comenta el presidente del partido, Guillermo Ramirez, que “queremos ser fieles a nuestro electorado, por eso todos nuestros candidatos al congreso van a ser un fiel reflejo de nuestros principios”.
Ejemplificó: “Todos nuestros candidatos serán pro vida, defenderán el derecho preferente de los padres de educar a sus hijos, defenderán la idea de un Estado más chico y una reducción de impuestos, promoverán el crecimiento y la creación de empleo como la principal política social, y apoyarán todas las medidas necesarias para acabar con el crimen organizado, el narcotráfico, el terrorismo y la migración descontrolada”.
Fue claro: “El que no comparta todo esto, no podrá ser candidato de la UDI”.
Perfil
Aunque no todos son militantes de la UDI en este minuto, comparten los valores del partido. Y se podría decir que en la lista de la UDI estaría compuesta aproximadamente en un 40% por menores de 40 años.
Algunos de ellos ya son conocidos políticamente pero otros no tanto. Un ejemplo, es el ex constituyente Ricardo Neumann (37). Quién conversó con la Radio y señaló que él no milita “en la UDI, pero soy independiente, con corazón gremialista: vengo del movimiento estudiantil en la UC, donde fui dirigente del centro de alumnos de Derecho y candidato a la FEUC en 2010 —elección que perdimos por poco en 2da vuelta frente al NAU de Giorgio Jackson-”.
Explicó que en la UDI “encontré una casa donde esas ideas no solo se defienden, sino que se han masificado y donde izquierda y derecha no se definen por clase social o el patrimonio económico, sino por las ideas y valores de los que creemos en una sociedad libre y responsable”.
Con quien también compartió espacio el 2021 fue con Constanza Hube (39), quién antes de asumir el cargo trabajaba en el estudio de abogados Carey. Ella da cuenta que “después del 18 de octubre y el plebiscito para cambiar la Constitución decidí dar el paso. Chile merece una política de mejor calidad y para lograrlo es necesario dejar de criticar como observadores lo que podemos cambiar como protagonistas. Poniendo todas nuestras capacidades al servicio de un país del que nos volvamos a sentir orgullosos. Chile no soporta más improvisaciones”.
El caso de Katerine Montealegre (33) es similar. En conversación con La Radio señaló que “me conquistó profundamente el proyecto guzmaniano de una sociedad libre, responsable y más humana, y su estilo distinto de hacer política, un estilo popular, arraigado en los sectores populares, pero serio en su actuar. Ese proyecto no podría estar representado en otro lugar que no fuera en la Unión de Demócratas Independientes y Gremialistas, la UDI Popular”.
Pero no todos los jóvenes fueron candidatos para ser parte de los redactores de una nueva constitución. Sebastián Huerta de 35 años es un ejemplo. La idea de los dirigentes es que compita para llegar a la Cámara en la región de Arica y Parinacota.
Huerta indicó: “Creo que desde la política se pueden hacer cambios reales, si uno actúa con convicción, con coraje y con un fuerte sentido de justicia social” y agregó que la UDI es un partido que se formó hace años y “en el centro de su historia está, como decía Jaime Guzmán, la idea de que el rol de los partidos políticos es servir a Chile. La democracia y la defensa de la libertad necesitan partidos fuertes, y yo quiero cooperar en eso desde dentro de la UDI”.