¿Quién le dio permiso a Baradit para escribir de nuestro dolor? Nadie.

Jorge Baradit ha sido, durante años, el encargado de contar la historia de Chile desde el lado de los derrotados. Lo hizo en tercera persona, como un documentalista de la palabra. Narró lo que no se enseña, lo que fue silenciado, lo que sobrevivió en los márgenes. Siempre desde afuera. Siempre con la voz del cronista que observa, reconstruye, interpreta.

Por Amanda Durán

Pero Baradit nació desde la poesía. Y en El sótano rojo, vuelve a ella. No como un género, sino como un modo de respirar la palabra. Esta novela es un regreso a ese origen íntimo, donde la historia ya no se escribe desde los archivos, sino desde la piel. Por primera vez, la historia de Chile se cruza con su propia historia. Y esa intersección no es un dato biográfico: es una herida encarnada.

Jorge Baradit eligió el silencio. Callar el ruido para encontrar algo de paz. Dijo que después de la convención quedó roto. Cambió de vida. Y ese silencio ahora escribe desde otro lugar: desde la herida que es país, desde el único espacio donde la historia se nombra de verdad. Ahí, donde habita la memoria.

El sótano rojo cuenta la historia de Tamara, una joven estudiante de arquitectura que, en plena transición chilena, busca desesperadamente a su madre desaparecida. La novela es un descenso —literal y simbólico— a un país subterráneo: a las casas de tortura, a los sótanos donde se enterró la verdad, al silencio impuesto a las mujeres que gritan sin ser oídas. Es, en muchos sentidos, una narración escrita desde el interior del dolor. Desde un cuerpo que ya no está, pero que se resiste a desaparecer.

Y eso es justamente lo que conecta esta novela con figuras como Anticlea o Gabriela Mistral: la madre que no se deja abrazar, la madre que no fue pero permanece, la que se transforma en palabra porque ya no tiene cuerpo. Como Anticlea, la madre de Tamara habita el umbral entre la muerte y la memoria. Como Mistral, la maternidad en esta historia es imposible: se escribe con poesía porque no puede vivirse con carne.

Leer El sótano rojo es entrar en ese silencio. No como quien busca calma, sino como quien se asoma a un abismo. Avancé lento, con pausa, como si cada página necesitara respiración. Pero también con una pulsión que no sentía hace años: esa urgencia de leerlo todo, de subrayar, de pensar mientras leo, y escribir al margen. Porque lo que Baradit logra en este libro no es solo narrar una historia. Es hacer del dolor una experiencia, un cuerpo, un país que duele hasta sanar.

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Su novela es oscura, simbólica, a veces insoportable. Y eso no es un error. Es la forma exacta en que debe contarse un trauma que no ha terminado. Tamara busca a su madre en un Chile que aún respira miedo. Nadie la ayuda. Así que baja. A las casas, a los subterráneos, a la memoria enterrada de un país que no ha querido recordar.

Y lo que sorprende es esto: Baradit no se apropia del dolor femenino, lo habita. Contra todo pronóstico, escribe desde una sincronía brutal con lo indecible. ¿Cómo lo logra? No hay una respuesta clara. Tal vez porque fue criado por mujeres. Tal vez porque nunca vio con los ojos, sino con la piel. O tal vez porque, cuando una herida es lo suficientemente profunda, deja entrar otros dolores que tampoco han sido nombrados.

El libro no es perfecto. Pero no busca serlo. No se acomoda al lector, no entrega redención. Hay algo de epitafio y de valentía que lo atraviesa. Como si el país, al morir en sus páginas, nos ofreciera por fin un poco de descanso. No porque todo esté bien, sino porque al fin alguien se atrevió a decir que no lo está.

El sótano rojo no es el libro que esperábamos. Es mucho más. Y eso, en una literatura tan domesticada por el miedo o por la corrección, es un acto de riesgo. Y también, de amor.

Baradit viene de la poesía. Y en El sótano rojo, vuelve a ella como quien vuelve a casa. Agradezco su coraje. Esta no es solo una novela sobre la historia: es una escritura donde la poesía respira dentro de la memoria.

Portada de El sótano rojo, de Jorge Baradit, Editorial Suma de Letras

El sótano rojo

Jorge Baradit
Editorial Suma de Letras

2024

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